Estilicón 12

Anteriormente en Estilicón: No hay descanso para Estilicón teniendo que poniendose en camino hacia el Rin para proteger las fronteras de una nueva invasión liderada por los suevos.

Cuando llegamos a ella, la frontera se mantiene a duras penas. Las guarniciones, debilitadas tras vencer a Alarico, han soportado como han podido las embestidas de los suevos. Lo que no han podido evitar es que pudieran asentarse en nuestra orilla del río llevando a cabo varias escaramuzas contra intentos de aprovisionamientos de los cinco fuertes.

Es decir, prácticamente las guarniciones tienen problemas de comida, los suevos están en nuestro lado. Lo único bueno es que no se han dispersado. Puedo evitar una debacle mayor si consigo que no se extiendan más. Pero En una batalla campal tengo las de perder: varias de mis fuerzas no se pueden unir al estar en sus fuertes, mis legiones están cansadas de la velocidad en el largo trayecto realizado…. Tendré que pensar en otra cosa.

Lo primero que hacemos es montar nuestro campamento militar. Un campamento como se hacía en los orígenes del Imperio e, incluso, antes en la República. El primus pilus de la legión más antigua ya había establecido la división del campamento con las dos calles principales en perpendicular, los establos, la situación de cada legión… además de construir unas sólidas empalizadas y tener piquetes en las zonas más exteriores del campamento. Mientras nos mantengamos seguros y los suevos sepan que estamos aquí, los tendremos controlados.

La primera noche en el campamento transcurre sin mayor sobresalto hasta que al amanecer suenan los cuernos de guardia. ¡¡Los suevos atacan el campamento!!

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Por Francisco José Díez Devesa

Amante de la escritura desde pequeño. Espero que disfrute de mis relatos e historias.

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