Alergia

La tensión era palpable en el ambiente. Cinco personas sudando,  que no dejan de mirar a la vez ordenadores las pantallas de sus ordenadores. Las diez manos teclean frenéticamente. Una pantalla gigantesca muestra las figuras moviéndose mientras que el público que llena las gradas grita por cada jugada.

Llevan más de dos horas jugando la final del torneo y el cansancio hace mella en los jugadores, quienes echan mano de sus bebidas refrescantes. Uno de ellos, nada más ingerirla se lleva la mano la pecho, se levanta de su silla con muchos temblores y se cae al suelo.

Los otros cuatros siguen jugando y matan virtualmente al que se ha caído al suelo. Este jugador sigue en el suelo y empieza a echar espuma por la boca mientras no para de temblar. Rápidamente entran en la sala dos sanitarios para atenderle junto con un guardia de seguridad.

Mientras tanto parece que el público no se ha dado cuenta de que un jugador ha caído. Para ellos solo ha muerto en la pantalla y quedan cuatro más compitiendo.

El médico mira al guarda de seguridad que se había acercado y le dice:

– Lo han hecho a propósito, estoy seguro. Le ha producido una reacción alérgica.

– ¿Estás seguro Alejandro?

– Segurísimo, es un asesinato.

 

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Por Francisco José Díez Devesa

Amante de la escritura desde pequeño. Espero que disfrute de mis relatos e historias.

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